Desde el país vecino llegan noticias de caos y desolación. La vida es incierta en estos momentos. La gente está asustada desde que el regente, el Guía Supremo, como a él le gusta le nombren, ha dado órden de disparar contra el que se rebele a lo que llama su poder divino. Después de años de opresión y mudez el pueblo ha roto su silencio y se ha sublevado contra tanta demencia. También ahí tienen su propia plaza y ya ha comenzado la lucha del hombre contra su destino.
Belit, conocerás esa tierra al occidente del Nilo y a la que nuestros mayores llamaban Lebu. Tiene grandes extensiones desérticas, y algunos bosques cerca de la costa al mediterráneo que la hacen la zona más fértil y de más población. Con seguridad pienso que has estado en Cirene, centro cultural e intelectual. En su escuela, que fundó Aristipo, se enseña la filosofía del placer inmediato, que declara la felicidad como la tranquilidad que se obtiene del autodomino.
No se si los hombres y mujeres de Al-Libia alcanzarán la tranquilidad. En estos días es difícil llegar a dominar los sentimientos cuando lo único que se les promete es la pena de muerte al que trate de conseguirla. Nadie quiere rendirse o retroceder. La ira del pueblo ha hecho su aparición en el lenguaje, exigiendo recuperar sus valores de integridad. La violencia está creando situaciones alarmantes; los alimentos son escasos y el agua empieza a faltar. Esta tragedia tiene ya asegurado un final funesto en los que hasta ahora han perdido la vida y en los que están heridos.
Sin embargo, hay rumores de que el regente se queda solo. No hay ni un dios que acepte sus ofrendas de sangre ni le considere un mártir. Parte del ejército ha renunciado a estar al lado de un dios falso. Belit-Seri, te recomiendo que no vayas a viajar en estos momentos, pues ya se esta anunciando un éxodo de los que quieren salvar sus vidas. Espera más el momento de partir. Pienso que no será largo el tiempo, pues los astros que marcan su destino le están ya dando malas profecías, y por mucho que quiera exigir a los dioses no conseguirá ni una de las mil vírgenes que cree le van a reservar en el paraiso. Tendría que dar pruebas de gran autodominio para alcanzar esa felicidad.
Uxa