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martes, 2 de noviembre de 2010

¿Qué extraños sucesos nos esperan?



El futuro -ese horizonte que todavía no habíamos hecho nuestro- nos ha alcanzado y hemos perdido la noción del tiempo. Los años nos han sorprendido indiscretos entre conjuros y ausencias, pasiones manipuladas y una atracción que ha ido encadenando nuestras letras hasta convertirlas en leyendas. Así hemos escrito historias con imágenes que quedan atrapadas en capítulos sin fechas y sin nombres. Para escribir sobre la vida -me dijiste en una ocasión- en el pasado, en el presente y en el futuro, hay que volverse pájaro de plumas grises. Pero la vida es una constante de encuentros fallidos y desplazamientos que tienen mucho de enigmáticos. Más vale no recordar -ni exigir otros mundos- porque solo recobraremos una verdad deformada. Nada de fantasías mal entendidas, ni ofrendas, ni disfraces que puedan engañar.

Me escribes desde Siwa; de nuevo estás cerca de tus raices. Me gustaría conocer esa tierra de palmeras en el oasis, aunque hay quién dice que es un sitio de mala suerte pues es donde habita el dios maligno Seth. Tú, que has estado en el ejército del Faraón, tienes que saber del valor estratégico que posee; su situación geográfica sirve de defensa a todo el valle del Nilo. Parece ser que existen muchos mitos alrededor de sus orígenes. A ella acuden los que como tú quieren respuesta divina y consultan al oráculo de Amón. He oido decir también que hay una gran riqueza, que se cultivan los olivos y los dátiles y que se trabaja la plata y la cerámica. Tienes suerte de estar ahí, quizás te muestren el Manuscrito de Siwa, que lo guarda una de las familias más importantes, y en el que podrás leer e informarte de las costumbres del lugar y sus habitantes, como es el matrimonio entre hombres, entre otras cosas.

Mientras tanto, el péndulo del tiempo oscila demasiado rápido y se hace dueño de tus pasos y los míos. Mañana estaremos viviendo ya el futuro, y tú continuarás viaje hacia Muluk. Para ti la tierra, el horizonte y el aire. Conmigo quedará el olvido y la soledad. Estoy dispuesta a luchar contra cualquier presagio que malogre nuestra historia, aunque no sé si en mi fantasía podré hacer realidad la figura de aquel incansable cazador de sueños, silencioso y fiel como buen escriba. Para mí no hay oráculos ni magias ninguna, sólo aceptando las enseñanzas del Supremo Gadu, reconociendo su origen y respetando su carácter puedo llegar a conocer la Verdad y descifrar su nombre, letras furtivas apenas alojadas en el papel.

Uxa

Los frágiles brazos del olvido


Los frágiles brazos del olvido mantienen entre sus líneas del tiempo las huellas que, sobre Kemet "la tierra negra", dejaron nuestros cuerpos aturdidos. Fue aquella noche inmensa de aquel verano cuando estallaron generosas caricias, gemidos acompasados por suspiros de Hapy, entre lotos que a pesar de la oscuridad ni se cerraban, ni se hundían en el agua, por vernos.


Topamos con nubes de fantasía que, de momento, ocultaron nuestra existencia. Dura como una piedra, la realidad dormía fatídica como un escorpión blanco. Tú a occidente; yo contemplé como los lotos azules al amanecer se abrían al Este, lanzando su perfume suave y dulce; elegí, oriente. Y como Ceix, el hijo de las primeras luces del día, me alejé

Desde entonces, como Morfeo, tomé la apariencia de varios y diferentes seres humanos. Ahora soy un alcatraz que aprovecho, mientras busco esa quimera extraña, el viento producido por la parte anterior de las olas del destino.

Llueve. Las maderas de las viviendas brillan. Las piedras que acompañan a las gotas de lluvia interpretan una canción enigmática. Cerca, los campos de cereal recién segados, brillan amarillo.

Ha refrescado. La tormenta se ha alejado negra. Y allá, cerca del mar, sus nubes forman una tenebrosa espelunca.

La noche regresa. Llega a tiempo de ver la madera de las casas, sendas y campos, como lucen elegantes y magníficos. Vientos y estrellas tienen envidia del instante que resplandece en estas islas Maldivas, desde donde te escribo.

Todavía los dioses del Delta, que habitan donde los siete brazos del Nilo alimentan el mar, no me han concedido el regreso a otros mundos. Mi nombre cuesta hacerlo desaparecer del muro, que al otro lado del infinito permanecerá esculpido hasta la próxima noche de lluvia.

Visité en el oasis de Siwa al oráculo de Ammon-Ra. Como sabes, Uxa, la consulta se hace por escrito. Se deposita en el santuario y, por el mismo procedimiento se recibe contestación. Y esta fue: "Yo ordené que tu nombre fuera Belit Seri. Yo extingo el fuego, yo borraré tu nombre. Deberás permanecer callado. No eres puro. Te conocemos. No voy a preguntar por el nuevo nombre y personalidad a la cual deseas cambiar. No te será concedido como las cosas que pasan a existir, hasta que no sea como obra de dios".

Mañana parto para la isla de Muluk, donde dicen que los granados no dejan de dar fruto en todo el año. Si nada se te ha hecho extraño puedes comprender que las tierras luminosas que viste en dirección a occidente se repiten en belleza y profundidad espiritual, en oriente.

Los reflejos de la verdad nunca son silencios vacios, ni libres de equívocos, ni de batallas malogradas.

Venga a ti Nut, la gran creadora, ella te purifica. Pura es tu alma.

Belit-Seri