Puertas abiertas
mariposas en vuelo
buscan noticias.

sábado, 28 de enero de 2012

Ahí, donde sea que estés

Nefertiti


"Cuando la necesidad nos arranca palabras sinceras,
cae la máscara y aparece el hombre".
Lucrecio


En contra de lo que Epicúreo nos enseña, yo sí temo a la muerte, pero no es mi propia desaparición a lo que tengo miedo, sino a la soledad que provoca la ausencia del que parte.

Las noticias que llegaron de la peninsula han hecho extremecer la tierra donde piso y, al mismo tiempo, mis sentimientos perdían el equilibrio que gozaban, al romper la continuidad de mis sueños. Todos aquí tenemos nuestros días ensombrecidos ante la posible llegada de lo inevitable: que RA trace los límites de tu existencia, y te haga empezar el viaje al Más Allá. Quizás tu frecuente contacto con tan diversos pueblos, olvidando tus propias creencias, ha provocado el enojo de nuestros Dioses. Agradece los cuidados que recibes, pero no desentiendas lo que te inculcaron aquí. Esta dualidad te ayudará también a mantener intactos los tres hilos dorados de tu naturaleza espiritual. Para reforzarla, podrías recurrir a la protección del árbol, esencia de vida. Según los druídas cada hombre o mujer lleva uno en su interior, para alimentar el deseo de hacerse mejor. Es el protector de lo material y de la espiritualidad, en estrecha relación entre el cielo y la tierra.


Yo tampoco sé lo que nos depara el futuro. Eres hombre libre, pero con el corazón conquistado por el sueño que has querido vivir. Eres hombre de espíritu indomable y solitario, y ahora será necesario que los Dioses te sigan siendo magnánimos, y alivien tu dolor. De nada servirá que pidas protección a la Divinidad Innominada, pues sólo es RA quien puede disponer tu Eterno Retorno. No hay nada que pueda detener el tiempo.


Aún no ha florecido el loto en el estanque de mi jardín, pero no voy a esperar al comienzo del verano para tomar una decisión. Mi padre ya sigue el camino que le dictó Oxiris, y embarcó para el Horizonte. Yo ya tengo todo preparado para partir hacia cualquier frontera, de cualquier sitio, de cualquiera que sea la dimensión. Como ya decía, no sé que será lo que me deparará el Destino. Ahora estoy verdaderamente sola aquí.


UXA …. en camino.

marzo 2004

martes, 10 de enero de 2012

Buscando la suerte


Los labios de la sabiduría permanecen cerrados,
excepto para el oído capaz de comprender.
Hermes Trimegisto


¡Qué esquiva es la suerte, qué desconsiderada! Cuando llega no dura mucho tiempo y pronto nos asigna el lado más ingrato del olvido. En cambio, a Belit-Seri le ha acompañado siempre la suerte porque es un iniciado en el arte de la escritura. Sabéis que siempre he sido fiel a sus palabras, que guardo sus poemas como preciosas joyas uncidas con el sortilegio de los escribas del Faraón. Sus letras tienen una aportación inédita en los tiempos que nos ha correspondido vivir. En ellas hay drama, pasiones, confidencias, consejos. Una literatura encantadora que conmueve y se hace irresistible en su conjugación.

Sin embargo, ya hace tiempo empezaron a surgir entre las líneas de sus textos sombras, espacios estériles, silencios. Un vacio literario acompaña cada uno de sus escritos, que se sienten apresurados y sin diafanidad. Acostumbrada a la ternura del Cazador de Sueños, he buscado un significado lógico en ese lenguaje inaudible que la distancia y los dioses parece imponerle. Belit hacía ofrendas a Hermes para interpretar a los dioses, pero es difícil entender a los poderosos de la lengua, que requieren el sacrificio de la voz. No olvido que uno de los principios del hermetismo es que toda causa tiene su efecto; escribir conlleva entrega y sacrificio.


Echo de menos los papiros del escriba, las noticias que desde las orillas de nuestro río sagrado enviaba el guerrero del faraón. Sus letras abrían horizontes con un lenguaje valiente, atrevido con todas las conjugaciones verbales. Ahora ha vuelto el silencio, impuesto quizás por nuevos dioses que exigen la mudez absoluta y castigan toda emotividad. Belit escribió en cierto momento, cuando existía la paz en las Tierras Altas y en las Tierras Bajas de nuestro querido Egipto, que sus sueños también conocían horas de soledad y sombras. ¿Habrá abandonado la suerte al escriba, cazador de sueños, o todo lo que ha escrito no es más que la culminación azorosa de una leyenda?

Uxa