Puertas abiertas
mariposas en vuelo
buscan noticias.

martes, 28 de diciembre de 2010

In Anno Domini


Jesús con los versados de la fe
(José Ribera)

Estaba ya a punto de partir cuando un mensajero me entregó tus noticias. El cansancio de mis maltrechos sentimientos hace que mis planes estén siendo lentos y desganados, tan distintos de los tuyos siempre ágiles y con el rítmo que le da la impaciencia de querer ver cumplidos los sueños. Los acontecimientos se suceden sin pausa, con una rapidez dificil de alcanzar. Todo lo que cuentas me asombra, y a la vez me asusta el pensar que son ellos los que deciden nuestro destino. Por un lado las guerras con su violencia y desmanes, por otro el hombre y sus pasiones, ambos derramando el preciado tesoro de la sangre, ambos ensombreciendo los sonidos cálidos de la melodía preferida en nuestros ilusionados años. Siento tus recuerdos con el aire nostálgico de lo que se sabe que no volveremos a vivir.

Por supuesto quiero iniciar ese camino que yo me tenía prometido desde hace algún tiempo. Aquí ya no va quedando mucho de lo que fue mi ayer. Me pides que deje de lado Hispania y vaya a Roma.Ya sé que Octavio está embelleciendo esa ciudad de calles estrechas y ha continuado con las reformas que ya empezó Cesar finalizando el Foro. También he oído elogiar la zona elegante de El Palatino, con sus cómodas casas y jardines, tan distinta de esas ínsulas populares.

Sin embargo a mí me atrae más visitar Jerusalén y Galilea, tierra fértil que, aunque forma parte del Imperio, tiene su propio rey, Herodes, y una vez allí ir a Nazaret. Desde hace algún tiempo se viene hablando de un hombre joven, conocido por el nombre de Joshua, hijo de un carpintero de la aldea. La gente cuenta cosas extraordinarias de él. ¡Dicen que hace hasta milagros! Es una persona muy humilde, pero al mismo tiempo habla de la venida de un nuevo Reino. Cuenta con muchos seguidores, y los romanos temen que pretendan recuperar el trono de David. ¡Me gustaría escucharle!

Todo está preparado. Voy a empezar ese camino que espero me lleve al tan largo soñado Destino. Siento el dolor que me da la certeza de saber que no volveré a pasear a la sombra de los sicómoros, ni volveré a sentir la mirada estática de las imágenes del Faraón. Tampoco dormiré mis sueños bajo ese cielo de noches intensas y misteriosas que cubre estas tierras privilegiadas, pero en cambio no voy a desestimar el tiempo que tengo y acuno esa esperanza que crece y va adueñándose de nosotros, haciéndola puente entre nuestra distancia y lo devenir.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Belit, por tus escritos serás recordado.



Me han llegado tus palabras abocadas al desánimo y la falta de pasión, unos sentimientos que ahora parecen marcar el pulso de tu vida. Dices estar desconcertado y al límite de una geografía incierta, pero de ser así porqué ese conjugar verbos exponiéndote a un destino no previsto todavía. Cuánta tristeza y desánimo hay en tu acento cuando escribes que el deseo nunca ha hecho felíz al hombre. ¿No estarás equivocado? Al escribir estás haciendo verdad un arrebato que tenías desde siempre. Como buen escriba deberías saber que la palabra tiene una gran dosis de magia y de que con ella puedes entrar en contacto con lo divino, realizando súplicas y peticiones. Eso no es un secreto, lo enseñan en las Casas de la Vida. De allí salieron todos los que tienen el poder de desarrollar y ejecutar la magia; son los que llaman Hekay, todos escribas, como muy bien sabes tú.

Belit, no debes temer poner palabras a tus recuerdos. Dicen que el hombre virtuoso, al dejar su obra escrita, será siempre recordado cada vez que sea leído y adquirirá la inmortalidad. Ordena tus pansamientos y dótalos de palabras. Eres un hombre con suerte, Belit, porque eres un iniciado en el arte de la escritura. Tienes el conocimiento y la habilidad necesaria para descifrar textos y códigos y has sido portador de la palabra del Faraón. La añoranza a un pasado y a una juventud ya inasible te hace ser desconfiado con el tiempo al que no puedes detener. Quizás si le pones nombre a todo ello recobrarás las imágenes y darás vida -tal como está escrito en los Textos de las Pirámides- a todo lo que desees. Entonces dejarás de sufrir.

Uxa

Heka Kemet -La magia de Egipto-


En las enseñanzas que un faraón daba a su hijo, el soberano revelaba que la HEKA podía ayudar al ser humano a eludir un destino infausto, es decir, luchar victoriosamente contra la fatalidad. EL ENIGMA DE LA PIEDRA. Christian Jack.



Si contigo -dices- queda el olvido, escucha la caída de las hojas del otoño. Ellas preguntan posadas sobre la húmeda tierra: Para qué volver sobre los recuerdos. Nadie les contesta. Es duro recordar un pasado en la cumbre, cuando la tierra dibuja sobre el ocre el final de su vida.

Mis pensamientos se entrecruzan, se amontonan, unos con otros saltan, pero no salen. No puedo, como quisiera, expresarlos con palabras. Estoy sentado a la sombra de un roble gigantesco, veo norias a lo largo de las orillas de este rio. No conozco su nombre, es tranquilo como las aguas del Nilo en periodo de sequía.
Mas es una tierra sombría. Pensar, no pienso en nada. Desconfío, estoy quemado, me parece ver encinas, árboles de áloe, ... tiemblan mis pestañas …

Sí, el péndulo del tiempo oscila rápido. Andar, vivir, evadir, sufrir, parpadeos de gusanos de luz, terminar los días más sagrados junto a la chimenea, lluvia, juventud que huye.

Sobre la piel de mi alma, las caricias de mis recuerdos se transforman en espasmos, como el recuerdo de las huellas sobre el limo que dejaron nuestros cuerpos tumbados en la noche inmensa de aquel verano que estalló entre caricias largas. Gemidos, que acompasados por los suspiros del Nilo, se convirtieron en una realidad proscrita. Mi pasión por las aventuras de los viajes me arrastra a los acantilados que el mar abandona para siempre.

La mirada de serpiente de mi fortuna no es precisamente un símbolo de resurrección. La estrella Sept., -que anuncia el nuevo año, la crecida del rio Nilo y la prosperidad de nuestro país- no brilla para mí.

El mundo es tuyo, me dijo el Destino. Mentira, se fue para no volver. Sin darme cuenta, poco a poco, se licuó en el horizonte tras la estela de la constelación Argos.

No quiero agitar el deseo, nunca hace feliz al hombre, creo que decía Platón. Pero, ¿cómo se rompen las cadenas del deseo?

La muerte y el olvido son compañías sin almas.

Belit

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Qué extraños sucesos nos esperan?



El futuro -ese horizonte que todavía no habíamos hecho nuestro- nos ha alcanzado y hemos perdido la noción del tiempo. Los años nos han sorprendido indiscretos entre conjuros y ausencias, pasiones manipuladas y una atracción que ha ido encadenando nuestras letras hasta convertirlas en leyendas. Así hemos escrito historias con imágenes que quedan atrapadas en capítulos sin fechas y sin nombres. Para escribir sobre la vida -me dijiste en una ocasión- en el pasado, en el presente y en el futuro, hay que volverse pájaro de plumas grises. Pero la vida es una constante de encuentros fallidos y desplazamientos que tienen mucho de enigmáticos. Más vale no recordar -ni exigir otros mundos- porque solo recobraremos una verdad deformada. Nada de fantasías mal entendidas, ni ofrendas, ni disfraces que puedan engañar.

Me escribes desde Siwa; de nuevo estás cerca de tus raices. Me gustaría conocer esa tierra de palmeras en el oasis, aunque hay quién dice que es un sitio de mala suerte pues es donde habita el dios maligno Seth. Tú, que has estado en el ejército del Faraón, tienes que saber del valor estratégico que posee; su situación geográfica sirve de defensa a todo el valle del Nilo. Parece ser que existen muchos mitos alrededor de sus orígenes. A ella acuden los que como tú quieren respuesta divina y consultan al oráculo de Amón. He oido decir también que hay una gran riqueza, que se cultivan los olivos y los dátiles y que se trabaja la plata y la cerámica. Tienes suerte de estar ahí, quizás te muestren el Manuscrito de Siwa, que lo guarda una de las familias más importantes, y en el que podrás leer e informarte de las costumbres del lugar y sus habitantes, como es el matrimonio entre hombres, entre otras cosas.

Mientras tanto, el péndulo del tiempo oscila demasiado rápido y se hace dueño de tus pasos y los míos. Mañana estaremos viviendo ya el futuro, y tú continuarás viaje hacia Muluk. Para ti la tierra, el horizonte y el aire. Conmigo quedará el olvido y la soledad. Estoy dispuesta a luchar contra cualquier presagio que malogre nuestra historia, aunque no sé si en mi fantasía podré hacer realidad la figura de aquel incansable cazador de sueños, silencioso y fiel como buen escriba. Para mí no hay oráculos ni magias ninguna, sólo aceptando las enseñanzas del Supremo Gadu, reconociendo su origen y respetando su carácter puedo llegar a conocer la Verdad y descifrar su nombre, letras furtivas apenas alojadas en el papel.

Uxa

Los frágiles brazos del olvido


Los frágiles brazos del olvido mantienen entre sus líneas del tiempo las huellas que, sobre Kemet "la tierra negra", dejaron nuestros cuerpos aturdidos. Fue aquella noche inmensa de aquel verano cuando estallaron generosas caricias, gemidos acompasados por suspiros de Hapy, entre lotos que a pesar de la oscuridad ni se cerraban, ni se hundían en el agua, por vernos.


Topamos con nubes de fantasía que, de momento, ocultaron nuestra existencia. Dura como una piedra, la realidad dormía fatídica como un escorpión blanco. Tú a occidente; yo contemplé como los lotos azules al amanecer se abrían al Este, lanzando su perfume suave y dulce; elegí, oriente. Y como Ceix, el hijo de las primeras luces del día, me alejé

Desde entonces, como Morfeo, tomé la apariencia de varios y diferentes seres humanos. Ahora soy un alcatraz que aprovecho, mientras busco esa quimera extraña, el viento producido por la parte anterior de las olas del destino.

Llueve. Las maderas de las viviendas brillan. Las piedras que acompañan a las gotas de lluvia interpretan una canción enigmática. Cerca, los campos de cereal recién segados, brillan amarillo.

Ha refrescado. La tormenta se ha alejado negra. Y allá, cerca del mar, sus nubes forman una tenebrosa espelunca.

La noche regresa. Llega a tiempo de ver la madera de las casas, sendas y campos, como lucen elegantes y magníficos. Vientos y estrellas tienen envidia del instante que resplandece en estas islas Maldivas, desde donde te escribo.

Todavía los dioses del Delta, que habitan donde los siete brazos del Nilo alimentan el mar, no me han concedido el regreso a otros mundos. Mi nombre cuesta hacerlo desaparecer del muro, que al otro lado del infinito permanecerá esculpido hasta la próxima noche de lluvia.

Visité en el oasis de Siwa al oráculo de Ammon-Ra. Como sabes, Uxa, la consulta se hace por escrito. Se deposita en el santuario y, por el mismo procedimiento se recibe contestación. Y esta fue: "Yo ordené que tu nombre fuera Belit Seri. Yo extingo el fuego, yo borraré tu nombre. Deberás permanecer callado. No eres puro. Te conocemos. No voy a preguntar por el nuevo nombre y personalidad a la cual deseas cambiar. No te será concedido como las cosas que pasan a existir, hasta que no sea como obra de dios".

Mañana parto para la isla de Muluk, donde dicen que los granados no dejan de dar fruto en todo el año. Si nada se te ha hecho extraño puedes comprender que las tierras luminosas que viste en dirección a occidente se repiten en belleza y profundidad espiritual, en oriente.

Los reflejos de la verdad nunca son silencios vacios, ni libres de equívocos, ni de batallas malogradas.

Venga a ti Nut, la gran creadora, ella te purifica. Pura es tu alma.

Belit-Seri

domingo, 3 de octubre de 2010

Estaré de vacaciones

El sur me espera y yo no puedo negarme a sus deseos. Durante tres semanas me dejaré abrazar por la luz y el rumor del agua en la Caleta. Cambiaré los cielos de Vermeer por el mar y los azules, el horizonte con frecuencia gris por las calles bulliciosas y con brío. Durante tres semanas un acento fugado delinea las palabras de un idioma que no quiero perder, cuando vuelva a pisar la tierra que guarda mis raíces.

Hasta la vuelta



Cuando yo ya no esté, no habrá más rosas, cipreses,
labios rojos
ni vino perfumado. No habrá más albas ni crepúsculos,
alegrías ni penas.
El universo no existirá,
pues su realidad depende de nuestro pensamiento.

Omar Khayyam

viernes, 24 de septiembre de 2010

No todos los otoños son derrotas





A Belit-Seri

Me seducen tus palabras, antídoto de sombras y pesadumbres en nuestro caminar por nombres y geografías. Las atesoro. Despiertan mi imaginación desafiando al silencio que mantienes de tu nombre. No temas, no seguiré buscando la leyenda; sé que no me ha sido dado conocer su secreto. Ahora entregada al ritual inapelable de los días ocres, espero la llegada de las lluvias antes que el otoño abra de par en par sus puertas. Esta tierra fertil - aún tibia - retiene el vigor del verano y acoge a los hombres que salen a la siega. ¡Cuántas espigas cortadas! ¡Qué de trabajo para niños y madres! ¡Qué de bronce en el verde! !Qué contraste con los desiertos que detienen las fronteras! Hasta el loto sigue creciendo a la sombra de los sicómoros.

Todo ésto me habla de ti, de un hombre que encadenaba sueños a la vida. Ráfagas de un tiempo que ya fue: ecos, huellas, contornos, palabras, besos, el blanco que te pertenece tánto como a mí, y el otoño que me trae tu silueta alargada. Ahora creo conocer la Verdad aunque quizás los recuerdos la deformen, pero sigue vivo el deseo de alcanzar esa luz que me lleve hasta esa Caravana que partió ya no se sabe cuándo. La maleta está hecha ya. Sólo tienes que decirme: ¡ven!, y haré de este otoño nuestra morada.

UXA





miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡Estás tan lejos!




Estás tan lejos
que he tensado ya la memoria que me queda
para no olvidar tu nombre
en esta ausencia absorta
que tiene desordenado nuestros caminos,
donde nos vence la distancia
y no esa generación incrédula de profetas
y la vida que hunde trazos en la piel
hasta quedar abortados los futuros,
pero es el silencio,
la pérdida de la Verdad
y aquellos días amables junto a las Aguas Sagradas,
que fueron matando nuestras imágenes
con perseverancia infinita.

viernes, 3 de septiembre de 2010

El final del paraíso


Kemet (de viajaregipto)





¡Paraiso perdido!
Perdido por buscarte,
Yo, sin luz para siempre.
R.Alberti



En un principio eran de nosotros el aire y la tierra fértil, el agua viva, los sicómoros y las sombras confidentes. Vivíamos en un tiempo sin exigencias, con los sueños esparcidos como prendas olvidadas sin epitafio. Las imagenes de entonces enriquecieron nuestra memoria, y la fe era el paladín que nos asistía en el recuerdo, hasta que las ciudades se nos volvieron intransitables y déspotas convirtiendonos en fantasmas desauciados y sin nombres.

Desde entonces te hiciste llamar Belit-Seri; mi nombre me lo prestaron los dioses a los que prometimos toda clase de ofrendas y sacrificios. A cambio nos vimos obligados a dejar la tierra de nuestros mayores y comenzar la busca de una quimera extraña de la que no teníamos razón. Absortos en nuestro ego caminamos sendas etéreas, y perseguimos ese destino de romance y abundancia que nos creímos merecedores.

Desafiamos el amoroso cobijo de Kemet y partimos hacia otra dimensión. Te entregaste a la guerra y yo seguí empeñada en descubrir el secreto de un nombre que no fue nunca el tuyo. He marchado por el camino de nuestra leyenda. Recorrí el curso de las aguas sagradas desde Wadi Halfa hasta llegar al mar. Después crucé sólidas montañas. Desafié tormentas y lluvias. Viví historias y descifré rituales. He conocido el silencio del tiempo y el desconsuelo de los poetas, he sentido el calor de los cuerpos y viví el gesto indecible de amar. Nada de ello me hizo conocer esa verdad que pregonas, pero sí tierras luminosas en dirección a occidente. He sabido apreciar la belleza de los paisajes, inmóviles en su propia contemplación. No han sido caminos invisibles los que he andado y las incognitas fueron fáciles de resolver. Nada se me ha hecho extraño.

Ahora estoy dispuesta a defender mi historia de asombros y silencios vacios para que sea reflejo de la verdad, libre de equívocos y malogradas batallas. Recuperaré las palabras de amor que se perdieron en una senda sometida a los frágiles brazos del olvido, hasta que cumplan con su promesa de futuros paisajes. Mientras, como cada noche, escribo tu nombre para que se haga real tu imagen y quede unido a mí para siempre en el regazo de mi memoria.

Uxa

¿Qué ha sucedido en el extraño territorio de Belit?


Acuarela: Antón Hurtado


Es un misterio. Tal vez fuera preciso que el instante, para ser reflejo de algo real y verdadero, debiera formar parte de los relámpagos que duermen en los estratos vidriosos de la fantasía. Llegar a la verdad por el conocimiento –como dices-, siguiendo teorías y valorando definiciones, es la gran confusión del mendigo, la elección es muy difícil: Pedir limosna o morir.


Está la verdad en:

El silencio del asfalto.
La quietud de los segundos.
El letrero "Prohibido", caído sobre el borde del tiempo.
Las huellas del pecado.
El desconsuelo del poeta que llora sobre la imagen proscrita.
El óxido de los años.
La dudosa idea del regreso al Paraíso.
El calor de los cuerpos en el vertedero de la indiferencia.
El frío de algunos besos.
El origen de las voces de amor que se repiten en los barrancos del olvido.
La foto de la princesa carente de ternura.
O en aquella lágrima muerta en el minuto feliz.


Atho no es un sueño que Belit no ha conseguido atrapar. Atho es un impulso solitario, corteza de un lodo triste, corazón de frases rotas. No intenta ocupar el sitio de los dioses, como tú escribes. El ocupa hace tiempo el "silencio" de los dioses. Los caminos invisibles del tiempo se verán cubiertos con los sarmientos de su vida como: Escriba del Faraón, el Cazador de Sueños, el Señor de Barbutania, y … otros, tal vez.

¿No tiene incógnitas tu camino? Peregrinos, arte, paisajes…

Toma sobre tus manos de bellos juncos anudadas "el misterio de la vida". La fantasía de un tiempo de amor que, impulsando tu alma al recuerdo, active el deseo de navegar hasta la Verdad Eterna.


Atho cuenta sus historias al viento como un niño cuenta con sus dedos el eterno rumor de los mares.

José Alvárez (Atho)

domingo, 22 de agosto de 2010

La verdad de Uxa


imagen:Arteguia


¿La verdad? No, la verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
(Antonio Machado)


A Belit-Seri

La verdad es algo tan abstracto, tan inasible que, en contra de todas las teorías debería ser menos objetiva y no estar sujeta a tiempos ni a espacios. A ella se llega con el conocimiento, siguiendo teorías y valorando definiciones. Sin embargo, para encontrar esa verdad has confiado demasiado en los mitos y en las leyendas, distanciándote de todo lo que la lógica nos enseña. En una ocasión me dijiste que la verdad "era lo más noble que un dios puede conceder", y en un exceso de buena fe has resuelto las dudas y crees haber descifrado la voz del camino, el lenguaje de nuestra peregrinación. Ahora, dices, ha llegado el momento para mí de conocer la verdad sobre tu nombre, y hacer realidad la promesa hecha a la sombra del sicómoro, en la tierra dorada de nuestros mayores. Pero Belit, cuántas ofrendas te ha costado, cuántas guerras luchadas y cuántos oráculos has tenido que consultar, para que el que dices ser tu nombre, Atho, no sea sólo un sueño que no has conseguido atrapar.

La suerte de los Iniciados no va a estar siempre a nuestro lado. Te enfrentas a los dioses al descubrir tu nombre, y olvidas que al provocar su enojo puedes quedar encadenado a una rueda de castigo por haber luchado contra tu destino, según me advertiste en una ocasión. Ocupar el sitio de los dioses puede ser peligroso. Temo que los días estén contados para nosotros, y yo continuaré sin verte, Atho de Jazaria, si haces honor al nombre que llevas y sigues errante los caminos invisibles del tiempo.

Me escribes desde la India, donde la guerra te alcanza de nuevo. ¡Deja atrás el fanatismo del guerrero y olvida la vanidad del escriba! La palabra desnuda tiene la misma fuerza que una espada, pero debe no herir. Ahora que conoces los versos de Rumi te sentirás inspirado por su poesía que cambiará tu corazón. Su lenguaje es el camino que te lleva al saber y a la espiritualidad. De esta manera descubres que hay otros caminos en la vida y que cada uno tiene su propia Verdad.

En Compostela, en el Pórtico de la Gloria, hay una Verdad, la Eterna, escrita en el libro que sostiene en su mano izquierda el Salvador. Entenderás que mi camino tampoco tiene ya incognitas, pues fue en el camino al Apóstol donde encontré mi verdad. Un camino que me exigió esfuerzo y me inició en el conocimiento de la naturaleza y en el lenguaje de los símbolos. La convivencia con los demás peregrinos, el arte, el paisaje, la vegetación, me ha hecho consciente de ser una parte más de un todo en la vida y que la vida es caminar. Esta experiencia ha transformado mis sentimientos, tengo quizás otros comportamientos, pero no ha hecho de mí otra persona. Como dijo el filósofo, "el hombre es un ser que ha de dar testimonio de lo que es", yo sigo siendo Uxa y tú estás predestinado a ser siempre Belit-Seri para mí.

Uxa

El nombre de Belit

imagen:wikipedia

Uxa: Ha llegado el momento de que conozcas la personalidad de Belit-Seri. Ella es la esposa del dios de los nómadas, Amurru, llamado así por los amorreos hasta que, tras la conquista de Babilonia, lo elevaron a dios nacional bajo el nombre de Marduk. Belit-Seri, diosa del Desierto, es la Escriba que asesora a la diosa del Inframundo, Ereshkigal. Pues, lleva los registros de todas las actividades de los humanos, y facilita el juicio de las almas en el momento de buscar su sitio en el otro mundo. Seshat, esposa de Thot, es su amiga. Como ella, anota los nombres de los reyes sobre las hojas del árbol divino.


Cuando, como tú sabes, terminé mis estudios de Escriba en la escuela de Imhotep, el constructor de Sakkara, fui escriba de archivos, registrador de la recaudación de impuestos del faraón, pero, mi gran punto culminante fue cuando me dediqué a acompañar las salidas de las expediciones. Con el fin de que el nombre de Belit-Seri no cayera en el olvido, por encargo del Thot, Escriba de los dioses, Registrador de los actos divinos, tomé el nombre de la diosa, el conocido por ti.

Conoces que, los jeroglíficos, son palabra de dios, y provistos de carga mágica, dotados de vida, puesto que el acto de escribir es: "hace ser lo que no es", los jeroglíficos que ideé me convirtieron en Atho, Cazador de Sueños, que, cuando permanecí entre los jázaros en sus libros sagrados a vivir en los sueños de dioses y humanos. Elegí los de Belit-Seri, la gran fedataria de los comportamientos de la humanidad, que tanto tiempo llevé, por designio celestial, su nombre. Y así pude trasladarme de un tiempo a otro, de una dimensión a otra.

Pude conocerte Uxa, mi bella princesa del Nilo. Y verte, pues,el pensamiento es una forma de visión. Conseguí hablar el ge'ez, idioma utilizado en los ritos religiosos de los cristianos ortodoxos de Etiopía, cuando fui en busca del Arca de la Alianza. Subí al monte donde lloró Adán, a recoger piedras preciosas en las que se convirtieron sus lágrimas, y sentí las picaduras de las sanguijuelas que las guardaban. Escuché las palabras de Horacio: "Nunca debe perderse la esperanza". Y las de Séneca: ¿Por qué correr delante de la pena y perder la vida antes de morir?

Vi como la madre de Sargón, lo puso en una cesta de mimbre calafateada con betún y pez, para abandonarlo al río Éufrates. Contemplé como los parabolanos arrancaron de su carruaje a Hipatia, la dejaron desnuda, descuartizaron su cuerpo y le tasajearon la piel y las carnes con conchas. Fui testigo cuando las sirenas dejaron de ser mujeres-aves para convertirse en seres acuáticos al ser derrotadas por el canto de las Musas.

Te escribo desde tierras de la India. Ayer me encontré con una "kaftar", son mujeres yoguis. Le debí parecer un infiel musulmán por mi atuendo almalafa, en este momento en guerra con ellos y, me fulminó con su mirada, arrebatándome el corazón de Belit-Seri. Héteme aquí convertido en su totalidad en Atho de Jazaria, Cazador de Sueños.

Ya no tengo dudas que sean malas consejeras. Ya no existen finales de caminos con incógnitas. Como decía Heidegger: "El hombre es un ser temporal contingente lanzado entre dos nadas". Parece una certeza.

¿Conoces la Verdad por haber llegado al Pórtico de la Gloria? ¡Dímela!

Te trascribo un poema de Rumi:
La brisa de la mañana guarda secretos para ti.
No te vayas a dormir.
Debes pedir lo que realmente quieres.
No te vayas a dormir.
La gente va y viene a través del umbral.
Donde los mundos se tocan.
No te vayas a dormir.

Los sufís, retratan el alma como:

Un pájaro indefenso en busca del nido.
Una tierna flor que espera la brisa de la primavera.
Un pez en busca del océano.


Bueno, debo emprender la marcha por la costa de Malabar. Espero que las palabras de Santiago te lleven al conocimiento y te libre de las dudas. Tómate tu tiempo.

ATHO De Jazaria

viernes, 11 de junio de 2010

¡Estoy en Santiago!


Acuarela: Antón Hurtado


a Belit-Seri,


Las dudas suelen ser malas consejeras, pero no hagas a los libros culpables de tus incertidumbres. Ellos cuentan las historias tal y como otros las escribieron, y es el hombre el que se somete a los mitos y a las leyendas. Sólo cuando te alejes de esos testigos y te libres de la carga de las civilizaciones que visitas serás un verdadero peregrino, sin prejuicios y sin miedos. Puedes hacerlo, Belit, de la misma forma que lo he conseguido yo.

Hoy puedo decir ya que he llegado a Santiago. La certeza de un final próximo me confortó del escaso atractivo de este último tramo, y ha hecho que olvidara cualquiera de las incógnitas que también intentaron hacerme desistir. No he necesitado libros ni ninguna clase de filosofía, y la soledad -que no fue impuesta por uno u otro oscuro pasado- ha sido una lección práctica para saber escuchar la voz del Camino. Sin embargo, desde el Monte do Gozo se acaba con esta orfandad. Me adelantan peregrinos impacientes, alguno quizás con el deseo de ser nombrado rey, pero yo no deseo privilegios retóricos ni que llegue el momento de decir adios al Apóstol.

Desde que estoy en Santiago comienzo a sentir la nostalgia de la peregrinación. ¿Dónde queda el cansancio acumulado de las anteriores etapas, dónde están el calor y el frío, dónde las dudas y la sed que intentaban a veces ser protagonistas en el camino? Todo eso está olvidado. Conocer la ciudad y abrazar al Santo son mis deseadas preferencias, y sigo calles, plazas, iglesias, piedras bañadas por la pátina del tiempo, hasta la Catedral. He alcanzado la meta, Belit-Seri, he llegado al Pórtico de la Gloria y es ahora cuando conoceré la Verdad.

Apenas me detengo aquí me hago preguntas, probablemente las mismas que millones de peregrinos se hicieron al llegar. Dices no tener fe, estar lleno de incertidumbres y hasta pones en duda la necesidad de esta peregrinación. La respuesta está en este mítico románico que nos dejó el Maestro Mateo, en el Cristo que no viene a hacer justicia sino a pedirnos que sigamos a Santiago, en los cuatro evangelistas, en los ángeles que nos cuentan la historia de Aquel que vino a ayudarnos, en los apóstoles y en los profetas. Hace falta preguntárselo.

Ves, Belit-Seri, las historias no están escritas únicamente en los libros; están también en las piedras que hablan, a veces con un murmullo sólido o con erosión y otras hasta se les oye gritar. Sus voces nos cuentan vestigios del pasado, lo histórico de la ciudad, constancias de guerras, fugas, independencias, arte y amor. Es la crónica pétrea que narra la historia compostelana del Camino. La mismas piedras desde las que Santiago habla a los peregrinos en la Catedral. En el interior, con el tiempo detenido en el románico, espera la palabra del Apóstol; sólo ella puede llevarnos al conocimiento y librarnos de las dudas. Necesitaré más tiempo, mañana podré decirte cuales han sido sus enseñanzas.

Uxa

Camino a Delhi




Ha llegado el "ulaq", que se sirve de los caballos de los sultanes, con relevos cada cuatro millas, para llevar el correo y las noticias a los confines del reino. Me ha entregado tus últimos tres pergaminos. Los he leído al pié de una de las abundantes higueras que jalonan los caminos de la India.

Sí, la leyenda de Belit sigue existiendo. Va por delante del Escriba. Feliz tú, Uxa, que puedes sentir en tu piel el aire y la luz en el camino de Santiago y pisar el rocío del alba. Tus escritos son una ventana al infinito, sin arena del desierto que oculte los sentimientos. Tus palabras son gotas de agua de una fuente azul que purifica al lector. Es tímida la esperanza, el ansia de conocer el nombre secreto del Escriba. Este deseo necesita un puente y cruzarlo, cruzarlo sin miedo. Hay que soñar hasta perder la razón. Somos una leyenda.

Muchos amores son una forma de gnosis. Otros, algo que no existe, que nunca existirá. Unos y otros se sacrifican antes de coger apariencia. Por qué esperar el encuentro. Hasta el Destino, que es inmortal, llora la imposibilidad de preparar una cita íntima.

Voy camino de Delhi capital de la India. Lejos quedan las encinas de mi tierra Barbitanya, la hermosa capital de la Marca superior de Al-Ándalus. No puedo escuchar el susurro de sus hojas. Ellas hubieran podido desentrañar mi destino. También la flor de loto, la hermosa esposa del Nilo, se aleja en la distancia pero no en el recuerdo. El misterio que me interesa es la India.

Te escribo desde Delhi. La ciudad está rodeada de una poderosa muralla con muchas torres y puertas. Los cementerios, cerca de las entradas, están adornados con nardos y otras numerosas clases de flores. Todo está escrito desde que Pelasgos surgió del suelo de la Arcadia. Desde que Hermes llevó el alfabeto de Grecia a nuestra tierra, Egipto. Sobre la luz que refleja la gran laguna Sams ad-Din a las afueras, veo mi rostro, mi cabellera ha sido impregnada con aceite de sésamo y lavada con arcilla. Dicen las gentes del lugar, que los alisa y los hace crecer. Unas aves, por encima, mienten al viento. En la lejanía las nubes cubren el pecado de la tarde. Todo se acumula junto a mí. Los años, la incertidumbre y la distancia que me separa de los sueños. La bolsa de monedas yace floja, muy floja de dirhams.

Los libros de filosofía no me han dado en el clavo. ¡Ah! Los de historia me causan dudas. Historias de independencia, liberación, soberanía… De qué independencia, pues yo sigo esclavo, sí, esclavo de la patria, de la religión, del dinero, de las mentiras de estas tribus… Claro, el raro soy yo. Seguramente estoy en el final, bueno en la recta final. No quiero hacer balance de mi vida, sería peor. Además, a lo que estoy, tengo que ir a recorrer la India.

Ahora estoy solo, yo no sé si esto es bueno o malo, pero no me gusta, claro, que tampoco me convencen los compañeros turcos que me acompañan. Solo beben vino, vino, otro vino, y luego… igual da. De todas maneras, pido a Dios perdón, pero dudo mucho de las religiones que estoy conociendo desde que partí de Alejandría. De sus sacerdotes, bueno, de algunos. Pienso que algo debe de existir. Y… si no existe, mejor. Voy a comer una papilla de granos de samaj cocidos con leche de búfala. No me conviene, pero, ¿qué es lo que me conviene?, no comer, no beber, no…, entonces para que estoy aquí. Aquí, en este mundo. ¿Pero… existe otro mundo? No consigo obtener plena satisfacción de mis aventuras. Claro, yo sé que no soy buen explorador, pero, si no voy en busca del conocimiento de nuevas tierras, qué hago.

Solo queda dos días de luna llena para la cita con los caravaneros… ¿Qué hago? Me acuesto sobre las alfombras de la zagüía del jeque Abuisaq, donde pernocto desde hace quince días, o me voy a dar una vuelta a ver si se me pasa el sopor de la comida y el vino. Me fui a la zagüía. Me ofrecieron unas mujeres cautivas. Comprarlas aquí está al alcance del más pobre. Las rechacé dada su extrema suciedad. Me quedé ayer sin salir. Celebraban la fiesta de la ruptura del ayuno. No quiero correr el riesgo de que me reconozcan como infiel. He entregado al jefe de una caravana con destino al templo de Ipet-Sut, la ciudad-templo donde creo que debes residir en este tiempo, junto al hermano de tu padre, sacerdote de Ra en Heliópolis.

Que Dhata y Vidhata, trencen una hermosa y feliz tu cuerda del Destino.

Belit-Seri

jueves, 13 de mayo de 2010

En Galicia no hay señales de Belit-Seri


Bosque de eucaliptos
Acuarela, Antón Hurtado


Me pregunto si estoy cumpliendo con los preceptos que un buen peregrino debe saber. Voy ligera de equipaje, sin lastres. Me he desprendido de todos los diálogos inconclusos y proyectos que no tienen futuro. En mi hatillo sólo guardo experiencias nuevas y las imágenes de una buena reflexión. Sin embargo, no me acostumbro a la ausencia de Belit-Seri, aunque hasta ahora haya hecho mi camino en soledad. Una soledad amable, que atempera los silencios con el sonido íntimo de la naturaleza, el eco de los que la habitan, las huellas de quienes pasaron; pero no hay señales del Escriba, y me surgen también las dudas de si ha estado alguna vez aquí.

En el Acebo dije adiós a Asturias, y desde entonces me abandonó la soledad. Galicia me recibe con un trasiego de peregrinos con prisas, que me hace añorar la tranquilidad pasada. Acepto el reto del camino, y éste se me hace fácil cuando me adapto a sus propuestas. Me lleva por sendas de tierra y piedra, suaves pendientes y llanos, tramos, corredoiras, hacia pequeñas aldeas. Me encuentro con bosques de robles y hayas, con el frescor de los valles y colinas, todo un paraíso de tonalidades verdes. Al contacto intenso con esa naturaleza se enfrenta la admiración por el trabajo del hombre, hórreos de piedra y madera, capillas, iglesias y monasterios.

Pasado Arzúa siento ya cerca Compostela. Muchas han sido las tierras andadas, los límites cruzados y los horizontes dejados atrás. La incognita de Belit-Seri sigue existiendo. Su silencio parece haberle condenado a una peregrinación errante, perdido en la leyenda de su propio nombre. Siempre ha sido así, ha hecho un misterio de su vida desde que abandonó las tierras luminosas del sur. Quizás no es Santiago la meta escogida por él, quizás no ha dejado de ser aquel guerrero que luchaba contra sus nostalgias. La respuesta no está en saber quién es peregrino en el Camino, sino aceptar las diversas maneras de vivirlo y apreciarlo como tal.

Desde Arzúa son unos cuarenta kilómetros hasta llegar al Apóstol. Dejo este lugar sin pena, poco hay ya que me detenga. Vuelvo al camino de nuevo; terrenos cultivados, prados, sendas de tierra y asfalto, pequeñas subidas y bajadas que salvo sin muchos esfuerzos. Mañana, cuando el cansancio haya desaparecido, me encontraré con su generosidad, la generosidad de un camino pródigo, para de nuevo sentir en mi piel el aire y la luz y pisar el rocio del alba. Después en la Catedral habré cumplido todos los preceptos que un peregrino debe saber y Santiago me estará esperando.

Uxa

lunes, 26 de abril de 2010

El último viaje de Teuris



("Difuntos ante el juez. Viaje por el reino egipcio de los muertos", en el museo Allard Pierson, en Amsterdam)

"Oh Osiris, tu te has ido, pero volverás, te has dormido, pero despertarás, has muerto, pero vivirás”, fragmento de los Textos de las Pirámides.

Mi nombre es Teuris, y pertenezco a una familia distinguida que desde generaciones vive en Hermopolis Magna. Esta es una ciudad importante y de gran influencia religiosa y política, consagrada a Hermes, a quien mis antepasados conocieron con el nombre de Thot. Los dioses han sido siempre generosos conmigo; he sido esposa y madre, incluso se me ha permitido disfrutar de una destacada posición en la sociedad. He tenido un hogar y bellos objetos. Aquí estaba mi casa y aquí he vivido hasta que comencé este viaje, de cualquier forma inesperado, hacia una meta en la que nunca estuve antes.

Nada estaba previsto; ayer era el presente, y ahora estoy al otro lado del tiempo. Apenas tuve margen para pedir ayuda al Conductor de las Almas en este cambio de estado hacia el Más Allá. Para los que no me conocen puedo decirles que el artista que talló mi imagen en el féretro donde descanso, ha sido fiel a la verdad. Yo era aún jóven, pero en la inmovilidad a la que que estoy sujeta durante todos los siglos, ha perdido mi rostro lo expresivo del color. Mis cabellos recogidos en la parte superior tienen el elegante estilo romano que se llevaba entonces; calzo sandalias abiertas y me adorno con algunas joyas que fueron de mi familia. En mis manos sujeto una corona de flores, como símbolo de lo noble en mi vida. Mi herencia es el futuro.

En el principio todo era oscuridad y desconcierto. Manos expertas trataron mi cuerpo con cera de abeja y aceites aromáticos y me envolvieron en largas tiras de lino, pero reservaron mi corazón, centro de vida. En su lugar dejaron un escarabeo de piedra verde y diversos amuletos que me protegerán hasta que el espíritu regrese a mí. Hubo ofrendas y oraciones en una ceremonia funeraria que celebraron los sacerdotes de Anabis para devolverme las funciones de respirar, comer, oír, ver y hablar. El libro oculto de la mirada me acompaña también. Contiene casi doscientos proverbios que me garantizan la resurrección y me dan a conocer límites, espacios y todo lo que habita en el peligroso camino de todas las noches hacia el juicio de Osiris.

La primera condición para comenzar esta ruta es demostrar mi responsabilidad ante el tribunal de los dioses, negando cualquiera de las cuarenta y dos faltas que son posibles de cometer. Cuarenta y dos dioses, una misericordia para cada una de mis culpas, toda una lista de nombres y pecados. Para ti, hombre o mujer que me visitas, es la primera entrega que te hace el museo, y aunque quizás te resulte dificil de entender completamente, vivirás junto a mí el mismo recorrido y lo emocionante y peligroso del viaje por el reino de los muertos. Antes de seguir debo aún presentarme ante un segundo tribunal, que pondrá mi corazón en la balanza. Si no está en equilibrio con la pluma de Maat, será devorado por el terrible monstruo Ammit.

No tengo muy seguro el poder encontrar la meta, y a pesar de que no me acompaña nadie, no me siento sola con las escenas grabadas en el sarcófago y que me harán de guía hasta el final. Si te acercas puedes observar que a la derecha del féretro, además de las diosas Isis y Nephthys, está el escriba Thot con la balanza. Algo más apartado y adormecido por el humo del incienso se encuentra el siempre temido Ammit. A la izquierda, Osiris sentado en un trono, e Isis de pie a su lado. Pero también -si lo prefieres- puedes seguir recorriendo el museo y observar a estos y otros dioses en distintas funciones y circunstancias. Hay además papiros, imágenes, figuritas de madera y arcilla, dibujos y otros sarcófagos que ya no contienen a nadie. No temas dejarme atrás, mi fin es llegar a la Casa de Osiris.

Después de la puesta del sol, empieza la primera de las doce horas y la primera también de las doce puertas que me separan de la Duat. Me acechan penurias y toda clase de peligros, ríos que necesito navegar, caminos y sombras que ocultan seres temibles. Finalmente tendré que aceptar la sentencia. La culminación de este asombroso viaje tiene como meta el paraíso, los paisajes maravillosos que superan la riqueza y fertilidad de la tierra. Solo entonces "será devuelto el corazón al sitio que ocupaba en mi pecho". No me duele la muerte, pero temo las tentaciones, la condena al olvido, que mi nombre no perdure, pero sobre todo tengo miedo de la dualidad en la doble sentencia de esta peregrinación al Más Allá: por un lado la amenaza de un abismo de pesadillas y espantos, la destrucción, al otro están las infinitas promesas, donde lo imposible se hace posible, el día se convierte en noche, el tiempo repetido y la vida que vuelve a nacer.

Sin embargo, no es fácil. Cualquier soledad es preferible a la de estos dioses despiadados y sin sonrisas, que esperan mi caida. La idea de un lugar armonizado de querencias, de campos fértiles y aguas fresquísimas me consuela del trance. Ahora mi sueño es avanzar, revivir en cada amanecer el concepto cíclico de la vida, lo que se ha ido regresa, lo dormido despertará y lo que está muerto volverá a ser eterno, siempre, y en constante movimiento, perpetuum mobile; siempre esperando la respuesta del Juicio Final.

lunes, 22 de marzo de 2010

Existe un lenguaje que va más allá de las palabras


Leboreiro
Acuarela: Antón Hurtado

Existe un lenguaje que va más allá de las palabras
(Paulo Coelho)





En esta larga ausencia de Belit-Seri su recuerdo asalta mi memoria con imágenes de un tiempo compartido y gestos de complicidad. No me siento sola, son ellas las que me acompañan en cada tramo silencioso del camino. Su perfil exiliado y las palabras que siempre recibo con la fidelidad acostumbrada, llenan de querencias cada capítulo de esta historia hasta hacerse tangibles en alas de una imaginación compartida, rememorando escenas de infancia y juventud.

Una de estas estampas es su afición por el buen comer. Sé que sus preferencias están en la carne asada de oveja y el pescado en salazón. Legumbres, plantas de agua, dátiles, completan la lista de sus gustos y, como no, la cerveza que ya desde tiempos ha sido bebida preferida de los que viven a orillas del agua sagrada, allá en el sur. También esta ruta a Compostela tiene en la cocina de sus pueblos el suficiente aliciente para atraer hasta aquí al escriba Belit. Por esto, conociendo su adición a los buenos platos, vuelve a mí la esperanza de un encuentro con él en algún momento de mi peregrinación.

Al atardecer llegué a Melide, lugar recogido y cuidado. En la plaza del Convento confluye el Camino Francés con el que tomé en Oviedo, y esto se nota; hay afluencia de peregrinos con el ansia desencadenada por las prisas en llegar. Olvidan que el Apóstol espera a todos en la quietud que le dieron los hombres. Castros, escudos en las fachadas, cruceros, iglesias y capillas son la herencia de esta ciudad con identidad jacobea. Suspendido en el aire un rumor etéreo de gaitas como un aleteo de vida, pone sonido a tantos encuentros. Ha sido una ruta larga hasta llegar a esta tierra de buenos dulces y mejor vino. Desde antes de llegar ya me habían hablado de esta cocina tradicional, y aunque la ciudad no es marinera, el pulpo es el plato favorito de los de aquí, sazonado de sal y un buen toque de pimentón; algo que el escriba Belit sabrá darle el valor que se merece. La tarta de Santiago para redondear la comida, y un chupito de orujo para que los peregrinos no tengan problemas de sueño.

En Melide están enmudecidas las palabras de Belit-Seri, ausente su nombre. Hago un esfuerzo para recobrar la vehemencia de nuestras letras, el deseo y el gozo de un encuentro que con tanta terquedad queremos conseguir. Todos estos mundos andados, nuestras peregrinaciones, no han hecho nada más que agrandar la distancia que nos separa, aunque no el olvido. Así, cuando el sentimiento de pérdida y el silencio manipula mi memoria, busco en el lenguaje del Camino la certeza de que existo y lo seductor del paisaje como conjuro para suavizar soledades.

Sin ninguna duda Belit-Seri no está aquí. He recorrido la ciudad hasta su punto más alto y no hay nada que muestre huellas del escriba. Como constancia de mi presencia, dejé oír su nombre ante el altar románico de la Capilla del Carmen do Castelo; las piedras son las que suelen guardar la voz para la historia. Pero yo tengo que continuar con mi peregrinaje, compaginar el camino con la busca de Belit. Dejé Melide en las horas tempranas de una mañana tibia, en dirección a Arzúa, cruzando antes el rio Furelos -un lugar de encanto- por su puente medieval con cuatro arcos y sillería de granito. Pero tampoco aquí las piedras saben del escriba; en ellas -a pesar de toda su sabiduría- sólo prevalece el paso del tiempo.

martes, 16 de febrero de 2010

Lo poético del Camino

Crucero de Melide
Acuarela: Antón Hurtado
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Belit, me conmueve el temor en tus palabras; la sinceridad habitual en ellas tiene un inquietante acento que se me hace difícil de aceptar. ¿Porqué ese recelo a desnudar las emociones que son inevitables, porqué esa ausencia tan cercana al olvido? Nada de esto va a poner límites a tu vida libre de aventurero, y nadie te hará renunciar a seguir peregrinando hacia tu nuevo destino. Lo cierto es que ningún camino es seguro, ni todas las etapas llevan a la justa dirección; los nombres quedan atrapados en la distancia y mantienen sus promesas con el disfraz de una mal contada leyenda. No dejes que la literatura te engañe, no creas todo lo que la fantasía te haga ver. Repasa bien el libro de La Gloria de los Reyes pues es posible que en él aparezca falseada la realidad y el Arca que buscas no se encuentre en la meta que te dicta tu camino.

El mío, mi Camino hasta el Apóstol, sigue la ruta establecida por los pasos de quienes me precedieron. Son la gramática del peregrino a Santiago. En cambio, las palabras se hacen ahora apuntes esparcidos, literatura, para recoger la memoria y superar la distancia. Por eso te escribo. Debes saber que ya llegué a Lugo después de una jornada larga por paisajes, sendas libres y una naturaleza que constantemente me sorprende. La presencia de una robusta muralla confirma la categoría de esta ciudad, acogedora y consciente de su peregrina tradición. A ella entro a través de la Puerta de San Pedro para recorrerla hasta llegar a la catedral y después buscar un lugar donde acojan a todo el que llegue a pie, para la cena y el descanso.

De nuevo en el camino. Poco a poco van surgiendo algunos peregrinos que se acercan, me adelantan y desaparecen en el trazado de esta etapa; hombres y mujeres con un destino común, con más o menos prisas y diferentes motivos para afrontar las distancias. El caminar se hace agradable, el aire acaricia pausadamente el entorno, y en el paisaje todo recibe un tinte mágico, prados, árboles, aldeas, vacas felices, brisas, olores y sendas para la paleta de un gran pintor. Ves, Belit, yo sí me dejo llevar por emociones positivas que descubren lo poético del Camino sin temer que mi sinceridad literaria se deje engañar. ¡Qué importa si las musas callan si el caminar nos descubre un lenguaje nuevo para recuperar la memoria y dar sentido a la vida! En la quietud y el silencio que me acompañan es la naturaleza que pone su voz y las imágenes. Después llegaré -si no olvido seguir las flechas amarillas- a Román da Retorta, Ferreira, Leboreira, Vilamor, entre subidas y bajadas, restos de la vía romana, pequeños cementerios, arroyos y alguna corredeira hasta entrar en Melide. Mucha literatura para mis letras cansadas.

Uxa

En el silencio de este oasis.

Imagen: Wikipedia


Cuando fui en busca del Arca de la Alianza a Etiopía, siguiendo lo escrito en el Kebra Negast:"Los emigrantes judíos que llegaron a Etiopía fueron los primogénitos de los ancianos de Israel en el séquito de Menelik, acompañando a la sagrada Arca de la Alianza, que había robado del Templo", un sacerdote de los falashas en el sitio sagrado de Tana Kirkos, me dijo: Debes saber que hemos brotado a modo de las plantas, todos podremos encontrarnos cuando nuestras raíces, muertas, nos liberen.

En busca de los deseos, nuestros corazones vuelan libres. Que la mirada del recuerdo, envuelta en el sari rojo de la pasión, te alumbre en la negrura del olvido.

Las hojas de betel que estoy masticando, regalo del sultán de esta ciudad llamada Zafar, además de perfumar el aliento producen alegría, me integran directamente en la vida divina. Pienso que es un crimen quemar mi vida de aventurero.

El silencio de este oasis, la quietud de los segundos, los cocoteros que dan sombra en el borde del desierto, las huellas de los pecados, el óxido de los años, la apretada idea del regreso, el calor de los cuerpos en el vertedero del olvido, la caricia de los besos, el origen de las voces que se repiten, todo es –Uxa- ternura desnuda, lágrimas muertas, luna llena de un minuto feliz.

En un navío recién llegado al puerto, procedente de la India, han viajado tus pergaminos; me han sido entregados por el kirani, el que lleva el diario de a bordo.

Mientras leía tus signos, imagino tu vestimenta adornada con los "speculae" que acreditan como peregrina y certifican tu paso por esos lugares mágicos donde se encuentra la Virgen, reliquias, y Santos.

Salvoconducto especial del rey de Aragón, en especial el de los del Monasterio de San Juan de la Peña, San Vicente de Roda, el Pueyo de Barbastro, Ángeles de Torreciudad, de Huesca.

En casi todos los hospitales del Altoaragón, Órdenes militares, religiosas o monásticas, todo peregrino puede estar en ellos, que así lo dispuso el rey Jaime I, de uno a tres días, sin pago alguno, mostrando las speculae recibidas en su camino.

No me dejo llevar por emociones negativas; donde nace el sol, se yerguen sobre mis fantasías de viaje, poemas que me acompañan. Ahora las musas callan. Mi sinceridad literaria teme engañar. Mi bosque, santuario de un tiempo de sueños imposibles, acoge entre sus ramas, un verde de esperanza. Ni relatos, ni poemas, ni prosa poética, nada. Solo Rosa de Alejandría que alivia mi piel seca, sin inspiración. ¿Cuándo el incienso de la resurrección? ¿Dónde el perro Argo que reconozca mi verdad oculta?

Las gaviotas cuando el mar oscurece, ríen silencios sobre los acantilados y en mis labios un recuerdo. A lo lejos está la imagen en las orillas del Nilo que se agarra libre de lodos. La música de estas palmeras, adormece, las olas de espuma tratan de borran el verdadero nombre del Escriba, Cazador de Sueños, escrito en la playa, pero no lo alcanzan. Música y olas; cuál de ellas cruzará el océano para desentrañar el secreto. Alguien tratará de leer el nombre en vano. Sobre la arena, los golpes de escritura son pasos invisibles, caprichosos. El mar, la playa, el azul, las olas, dejan desasistida la esperanza.

Uxa, en alguna senda libre de algún valle, tal vez en invierno, encontraré una historia… y me quedaré. Mi amor es hoy libertador del pasado. Allí, donde habiten caricias como latidos de flor, viviré en los límites de sus pétalos. Y me quedaré atrapado en la luz de la Vieja Luna.

Belit-Seri

Imagen: Wikipedia

lunes, 8 de febrero de 2010

Aún no tengo noticias de Belit-Seri


Nadela
Acuarela: Antón Hurtado
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http://caminanteinquieto.blogspot.com/


Aún no tengo noticias de Belit-Seri. En sus últimas palabras se sentía el cansancio, había en ellas dudas y desaliento, que con toda seguridad le han hecho incontrolable el camino y le impiden tomar cualquier decisión. A pesar de esto no creo que él rechace la belleza de los viajes, se abandone a la melancolía y a las nostalgias y deje de seguir el camino en busca de la verdad. Caminar no es algo que te impongan, no es un castigo, aunque en cierto tiempo, allá por el siglo trece, un tratado entre un conde de Flandes y el rey de Francia, forzó a unos cien caballeros a hacer el camino hacia el final de la tierra. No, no pienso que Belit se deje guiar por emociones negativas. El camino puede ser duro y exigente, dará miedo, cansancio o confusión; pero el caminar transforma, y Belit-Seri, como peregrino de la vida, sabe que todo el que realiza un esfuerzo puede tener la seguridad de encontrar lo que busca.


También para mí no hay nada que impida este deseo irresistible de seguir andando la ruta del Apostol. Como cada día me espera recien despierto el paisaje, la naturaleza encendida. Hoy dejo a Fonsagrada envuelta en el eco tibio de su leyenda y el recuerdo a Santiago. Atrás quedan las difíciles subidas; ahora el camino se hace más suave, con sendas entre pinos, eucaliptos y algún nogal. Las montañas se han hecho más discretas. El sol se muestra valiente, pero la lluvia caída ha dejado la tierra embarrada, pagajosa y absorvente. El camino está solitario y silencioso cuando llego a Montouto. En medio de esta soledad retraso mis pasos hasta estar ante el antiguo Hospital de Santiago, que -como un monarca destronado- ya no tiene protagonismo. Más tarde, después de una pendiente con piedras sueltas que pone a prueba mi paciencia y agilidad, estoy en Cárdavo pasando por el Monte de Matanza. Me llegan imágenes de un rey peregrino, de ejércitos y de batallas reñidas, y así vuelve a mí de nuevo el recuerdo de Belit-Seri, la añoranza a aquel guerrero que paseó conmigo a las sombras de los sicómoros en las tierras del sur. La historia otra vez presente, pienso, mientras me dirijo al albergue para descansar.

Me espera todavía una etapa que no me va a dar grandes problemas. Hay pocos desniveles; se alternan llanos con una ligera subida al Alto de Vaqueriza, a un santuario y –en Villabade- a una iglesia gótica con prestancia de catedral. Enfrente de ella un pazo que sirvió de cenobio y fue usado de hospital para peregrinos, muestra también su valía con escudos en su fachada. De nuevo hablan las piedras y está presente el pasado mostrando su carácter persistente. Más adelante siguen senderos, caminos pequeños y se atraviesa aldeas, Castroverde, Santa María de Gondar. Hace calor, que se hace cómplice del cansancio; los pasos se retrasan, la boca se siente seca y el cuerpo echa de menos el alimento y el reposo, pero todavía me falta superar un desvío por un polvoriento tramo, bajar una incómoda pendiente, volver a subir hasta la Puerta de San Pedro que da entrada, a través de la muralla, a la ciudad de Lugo y, aunque estoy a la espera de noticias de Belit-Seri, mañana tengo una nueva cita con el Camino.

Uxa

martes, 12 de enero de 2010

¿Hay quien sabe dónde está Belit-Seri?



Antón Hurtado: Castroverde


"Hay que cambiar la vida …

Hay que encontrar un lenguaje nuevo"
Rimbaud


He seguido caminos, he abierto puertas y mirado en rincones. Consulté libros, hice preguntas. La memoria se mostró débil, y sólo la palabra imprevisible del tiempo dejó huellas de acentos y otras formas verbales que declinan su ausencia. Nada hay que me indique dónde está Belit-Seri. Su imagen va haciéndose transparente entre sombras de olvidos, y nuestra historia tendrá un epílogo de silencios destilados de amores y recuerdos de todas las rutas que hemos andado hasta ahora. Las últimas noticias que me llegaron de él confiesan tristeza, y una pasividad atareada en lamentaciones. Parece ser que busca un paraíso libre de sendas y de compromisos, algo que únicamente puede existir en un terreno de impensables conjeturas, donde los sentimientos no tienen rostro ni voz. Creo que Belit-Seri ha perdido el rumbo de sus pasos, el destino de su peregrinación.

Otra vez ante mí el camino; el valle abierto, sendas y montañas salen a mi paso aliados a una naturaleza que trataré de descifrar. Palmo a palmo, piedra a piedra, continuaré hacia Santiago. Quizás esto me ayude a descubrir la magia que lleva a la Puerta del Conocimiento, a encontrar la energía espiritual necesaria para interpretar símbolos y silencios de templarios y monjes. Así, como aquel alquimista que conoció en el Camino del Apostol la clave de lo exotérico, también yo espero que me sea revelado el porqué de seguir andando.

He dejado atrás Grandas de Salime. La ruta sube hacia El Acebo ante la mirada plácida de algunas aldeas, prados y zonas de pinos, robles y castaños. La lluvia es silenciosa compañera en este tramo que lleva a Galicia, que sigue siendo hermana y conserva trazos semejantes, con buenos caldos y mejores cocidos, como bien sabría apreciar Belit-Seri. Siempre hacia poniente sigo sendas calladas y húmedas hasta llegar al Real Hospital de Montouto. He perdido el sentido del tiempo y éste me hace encontrar un lugar en la historia donde esforzados peregrinos reciben ayuda antes de seguir hacia el Apóstol. Más adelante voy bajando por bosques, praderas, entre vacas sumisas en soledad. Soledad y silencio, dos constantes que tienen lugar en este camino; pero nada de nostalgias ni de melancolías, aquí son una virtud.

Paradavella, Fontaneire, Cádavo; nombres, sucesos, crónicas de guerras e historias de reyes, fuentes de inspiración que pueden dejar libre de aflicciones a un escriba como Belit-Seri. Caminos embarrados, sendas de piedras sueltas, trochas y desniveles, arroyos para cruzar, todo en un paisaje generoso de impresiones y de color. Aún quedan sorpresas en el camino: tramos suaves y bosques vivos, una ermita y una iglesia gótica en Vilabade; después más robles y restos de una iglesia con un aire algo triste.

Lugo está cerca, pero el camino a Santiago me exigirá templanza y un poco más de tiempo para aplacar mi fatiga. Aún quedan muchos kilómetros por estas tierras de los albiones hasta llegar al Santo, habrá sitios encantadores y ríos alegres, senderos difíciles y otros que no lo son tanto. También me sentiré cansada como tú, Belit-Seri, y pasaré algunos momentos de miedo al enfrentarme a perros solitarios, me perderé y hasta algunas noches no tendré albergue donde dormir, pero aunque me falte la energía que pueda darme ese jacinto-piedra de Compostela no dejaré de reconciliarme cada día con el Camino y seguir hacia mi destino por él. La vida y un lenguaje nuevo me esperan.

Uxa

Pensamientos en una madraza de Shiraz



Una madraza

Estamos hospedados en la casa de un cadi de Shiraz, familia de Ibn Battuta. La luna barre sombras de los rincones. En este momento nadie en los zocos, nadie en las calles; en las fachadas silencio.

He recibido tu correo. No lo mencionas, pero te recomiendo que compres un jacinto-piedra, jacinto de Compostela; trasmite mucha energía, esa energía ayuda a caminar con mucha fuerza, y es un elemento de protección.

Las palmeras que veo desde la ventana me recuerdan las orillas de nuestro Nilo. Pedazos de luna desaparecen llenos de viento del desierto. El paisaje regresa de la bruma. El sol es su amigo.

La melancolía no tiene arcoíris. Las nostalgias son reliquias al céfiro. No es fácil revivir un amor.

¿Es la tristeza virtuosa? No lo sé. Pero el hastío es obsceno.

La pasión amorosa no tiene rostro, sólo muecas. Los sueños se esfuman. El mayor número de amores que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida son estribillos, son cromos repetidos. Son dientes de poemas desconocidos.

Los besos, a veces, flotan ridículos. Son sombras que musitan silencios que no saben liberar nuestro destino fatal. Deberíamos olvidar caricias de amores corrompidos. Ahora, busco horas de soledad entre versos que tiritan. Nos amamos para llenar nuestra vida de júbilo sin pensar que, al final, muchos amores son reliquias de indiferencia. El amor callado, oculto, acaba por desplomarse. Hay que llegar al umbral de la eternidad sin aflicciones.

Pero nada, como la cigarra en otoño, muere sin recibir limosna de esperanza. Más allá del lóbrego y pedregoso olvido, ni besos, ni versos. Solo en mi tumba, ceniza.

Mañana proseguiré.

Hemos llegado a Takrit y estoy un poco cansado.

He tenido un sueño extraño. Formaba yo parte de la caravana de un sultán, este iba escoltado de numerosos mamelucos. Imanes, almuédanos, acompañaban a las mujeres del sultán. Bellas mujeres, que por aquí llaman "jatun".

Tuve que librar una terrible batalla contra un enorme león bicéfalo. Sólo me atacó a mí. Mientras, unas palmeras daban saltos sincronizados con el aire del desierto.

Surgió una jatun desnuda de un estanque del oasis. Cogidos de la mano nos fuimos hacia una tienda del zoco. Un beduino de barba blanca nos esperaba en un puesto de perlas. Nos explicó que está allí para llevarnos al Paraíso de los Amores que no tienen Fin. Cuando ya estábamos para partir, los Números que cantan su Canción Exacta y los signos del Zodiaco que destapan el Destino, me vi arrancado de la compañía de la mujer y… desperté. Espero consultar a algún poeta o faquir sobre el significado de este sueño.

Mi amigo Ibn Battuta regresa a Bagdad; va al encuentro de los viajeros que van en peregrinación a La Meca.

No sé, no sé hacia dónde dirigir mis pasos, tal vez a India

Belit-Seri

martes, 5 de enero de 2010

¡Ay, qué cerca estuvimos y hoy que lejos!



Antón Hurtado: Cabreira
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¡Ay, qué cerca estuvimos y hoy que lejos!

Al tiempo delicioso de las citas,
sucede la desunión durísima.
Ibn Zagdan (1003-1071)


Uxa repite estas palabras del poeta y piensa que tiene razón: nunca fue tan larga la distancia que le separa del Escriba, ni fue tan persistente la presencia de la soledad que le condena con descaro a un perpetuo peregrinaje. Pero Uxa no tiene reproches y calla el dolor de saber a Belit-Seri seducido por los oráculos –despiadadas sibilas- hasta perder la noción de una fidelidad frustrada. Para ella sería suficiente una palabra, conocer un nombre, para que se dejara abrazar por la imagen que lleva en sus pupilas de aquel soldado del Faraón.

Uxa está consciente de que no existen respuestas y es el tiempo el que impone –dolorosamente- el castigo con los años. Cansada de metáforas y conjuros, decidió dejar atrás el viento seco que besaba con voluptuosidad las tristezas de entonces, olvidando esperas y compromisos desordenados hasta atravesar el umbral de una avanzada historia.

Seguimos a Uxa por una tierra con el acento dulce de sus frutos y de sus vinos. Atraída por la tolerancia de la cultura y lo dinámico y cosmopolita de las ciudades, se encuentra con un país envuelto ahora en batallas perdidas que lo único que conserva es el eco del esplendor de su pasado en el Arte y la Arquitectura. Ella no quiere renunciar a recuperar olvidos y sigue buscando respuestas en esas ciudades que ya moldean otras manos y donde impera un aire enrarecido que pone límites a la propia identidad. Aún queda un último lugar vitalizado por el agua y que confía en su lírico lenguaje. Uxa, que se sabe acosada por lo inevitable del tiempo, sube por caminos que la llevan a lo más empinado de su cumbre. Allí, en la luz que sombrea de rojo los muros obstinados, presiente que habrá un rey –que al igual que ella y Belit-Seri- se verá obligado a abandonar la casa de sus mayores.