Puertas abiertas
mariposas en vuelo
buscan noticias.

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Qué va a pasar ahora?



Atacaron al faraón para defender al pueblo, y desde el cielo una lluvia de fuego parecía querer purificarlo todo. Hasta el sábado estuvieron aquí sus soldados, y un día después dejaron la ciudad. El pueblo pensaba estar seguro de que iba a ganar la batalla, pero de nuevo ha tenido que huír. Son jóvenes esforzados, que demuestran no tener miedo. Sin embargo, no parecen ser buenos soldados; siguen sin conocer bien las reglas de lo que es una batalla y cada día empiezan con un amanecer nuevo para terminar en una completa oscuridad. Avanzan y retroceden, parten para retornar.

La espera es una lenta letanía de miedos, entre los muros expuestos a los ataques. Familias enteras abandonan la ciudad; llevan una carga interminable de tristezas y renuncias, esperanzas desangradas y sin retorno. En interminables caravanas buscan un oaxis para sus naufragios, un refugio para las lágrimas y la sed. Ya no conjugan el futuro, es una deuda que tienen pendiente, pero saben que la agresión de los dioses no se aplaca facilmente con ofrendas humildes y temen el regreso de los jinetes que, con el fragor de sus armas refinadas y adultas, traerán con ellos el apocalipsis del dolor.

Tu sabes, Belit, que los dioses creen en que toda venganza es justa y necesaria, y hacen sentir que el paraiso prometido es solo de ellos. A la ciudad habrá que rescatarla de las ruinas.

¿Qué va a pasar ahora?

Uxa

miércoles, 23 de marzo de 2011

Itaca


Imagen: wikipedia

Llegaron en caballos de hierro arrojando fuego sobre el ejército del faraón. Pero los dioses no se rinden y profetizan que seguirán luchando hasta la muerte. Después de aquellos días iniciales de alborozo y libertades largamente anheladas, se ha desmembrado la poesía en amenazas y feroces auspicios. Crece el grito de una estirpe castigada con la dictatorial gramática de un regente que ya ha prometido la completa oscuridad. No necesitará de ningún Teresias para recuperar su Itaca; el reino está sometido a una voluntad inabordable y el pueblo aún no ha encontrado ninguna lanza envenenada. Zeus deberá incrementar su castigo para evitar que siga siendo ese desatinado Odiseo el que tenga el poder.

Nada es como debería ser, Belit-Seri. Se necesita ayuda, pero no otros dioses que pidan nuevas ofrendas. Se carece de todo, de una primavera germinada de frutos, de sueños para esta ciudad desesperada, de ternura para alimentar sus raices, de días y de noches plenas de amor y de sinceridad. Hay un pulso entre los que conocen el sabor amargo de la angustia y los que siguen empeñados en dar hasta su ultima gota de sangre por quien se sabe todavía su faraón. Es el fanatismo, enfrentado a normas e ideales apenas musitados, que rompe con todas las conciencias.

Belit, también para mí la ausencia de tus noticias va levantando un cerco de soledad y borra los recuerdos. Trato de rescatar del olvido tu imagen y el sonido de tu voz, de recuperar la gramática que nos identifica. El estruendo de la guerra aleja la palabra y hace tu nombre irreconocible. La palabra, como instrumento con fuerza suficiente para construir o destruir las relaciones humanas. Quizás es ella lo necesario, no para alcanzar lo imposible, sino para despertar las conciencias de quienes la robaron, pues no olvidemos que, según los sabios aconsejan, no debemos separar el corazón de la lengua.

Uxa

domingo, 13 de marzo de 2011

Este no es el sueño de Tahrir


(foto:wikipedia)


Tardaron tanto tus noticias que temí tu olvido, pero mayor es el temor de los que viven aquí ante el silencio de los que se decían comprometidos con su suerte. Desde todos los rincones les llegó un lenguaje preocupado por las situaciones cotidianas, voces hermanas con imágenes de solidaridad. Sin embargo, sólo han sido palabras débiles, sin eco y sin acentos, y nadie se ha declarado en disponibilidad absoluta para evitar la tragedia. El pueblo necesita ayuda. Yo temo por él, por las mujeres y los niños, por los que arriesgan su vida con una valentía que desasosiega y admira. Esta mañana se están intensificando los combates. El peligro viene del cielo, ciudades han quedado destruidas, hay muertos y heridos y muchos son los que huyen. El regente ha recobrado enclaves y ha prometido que enterrará a todos los que se sublevaron a su poder. Este es un caos en el que ni Eurínome sabría poner paz.

Cómo no voy a estar preocupada, Belit-Seri; éste no es el sueño de Tahrir. Conoces poco estas tierras de los bereberes y de los tuareg -hombres azules del desierto- altos y de hermosas facciones; una tierra de escasa lluvia, de oasis con palmeras, olivos y naranjos. Sí, no conoces bien estas tierra y culpas a los hados que te mantienen lejos de ella. Belit, ¿desde cuándo te dejas imponer otra voluntad? No creo que eso sea tu destino, como tampoco creo que un simple aleteo de una mariposa pueda provocar un cambio en la tragedia que se vive aquí. No tardaremos en saberlo.

Uxa

Dhata Y Vidhata, trenzan la cuerda del destino.


Guerreros libios

El Nilo, rio de fortuna, rio de luna, rio de amor tranquilo, acaricia el valle. Rio guerrero, rio que propaga susurros, que refleja cielos azules, rio que ama las riberas, a las flores de loto, un rio que ama su destino
Ahora llora por la umbría arqueada que cubre el paisaje de la plaza de Tahrir, y enlaza el pasado al presente. Su historia ha hecho posible el grito de libertad. Ahora, espera. Pero no están solos.

Cuenta Naguib Mahfuz:

"Le pregunté al sheij Abad Rabbih al-Taih:

-¿Cuándo se arreglará la situación del país?

A lo que respondió:

-Cuando su gente crea que el resultado de la cobardía es peor que el de integridad".

Así que, Uxa, no estés preocupada, todo se arreglará. El sueño se ha materializado en la plaza de Tahrir. Y ha provocado el "efecto mariposa".
Sí, me duele, no poder negar a los hados su sentencia. Pero, el viento del destino me lleva lejos de mi Ítaca.

Sí, conozco, pero poco, esas tierras al occidente del Nilo. La hija de nuestro rey Epafos y su esposa Menfis, hija del dios-rio Nilo, Libia, dio nombre a ese territorio de Cirenaica.

Uxa, dices: el futuro es hoy imprevisible. ¿Cuándo no ha sido inesperado, azaroso o impensado? Los dioses conocen el resultado de tanta tragedia. Los crujidos de sus pasos entre los humanos, crujen. Tan solo, cuando en sus fiestas, comen semillas de loto, olvidan la miseria humana.

Te recuerdo que Eurínome, surgió desnuda del Caos. Danzó para encontrar apoyo para sus pies y surgió la Tierra. Esperemos que de este caos emerja una nueva Eurínome que encuentre apoyo en una tierra de paz.

BELIT

jueves, 10 de marzo de 2011

Resistir hasta el ultimo acento


Qué enfurecidos deben de estar los dioses cuando ninguno de ellos se preocupa de apaciguar los bramidos de tantas fieras mecanizadas. Ellas están dejando huellas indelebles en el equilibrio de los hombres, trastornados por heridas e imágenes de un apocalipsis que cada vez está más cerca. El pueblo sigue siendo castigado por un ejército que ha perdido el respeto a sus propias raices, sordos a cualquier llamada de reflexión. Sí, Belit, éste no es el ejército que conociste, aquel que agrupaba su fuerza para proteger fronteras y ayudar al que lo necesitaba. Ahora montan caballos de hierro y sus armas tiene lenguas de fuego. Fieles seguidores de una implacable deidad, han olvidado su memoria histórica.

Hasta ahora poco he oído de ti. No me escatimes tus noticias, Belit-Seri. Tus palabras me transmiten la poesía necesaria para resistir tanta barbarie. Por caminos en calma me acercas la realidad de un súbito exilio, imagen que condicionó nuestras vidas. Yo se que no fue el miedo lo que te hizo abandonar el Nilo y escoger tierras alejadas del dominio del faraón. Te dejaste aconsejar por la prudencia y sus buenas razones. Quizás ahora que te encuentras lejos puedes hacer más por esa ayuda que tanto anhelan. El pueblo está resistiendo, pero sus armas están sin defensa contra el lenguaje agresivo del regente que le arrebata hasta el último acento de dignidad.

Si, Belit, quizás ahi, donde ahora te encuentres, puedes requerir la voz para los que dependen de su propia fuerza y exigen el sacrificio del rey.

Uxa

domingo, 6 de marzo de 2011

La venganza del faraón les hará pagar caro


foto wikipedia: Fragata Filadelfia. Trípoli, 1804


Belit-Seri, no sé si tienes pensado regresar, pero el futuro aquí es imprevisible y los dioses siguen disponiendo de la vida y de la muerte. Esto se ha convertido en una verdadera guerra que muchos están pagando con dolor. El regente ha recuperado Misrata y está dejando sin esperanza a los que se sublevaron; en Zuwiya hay mucha destrucción y muchos heridos, pero sus habitantes luchan hasta el final. Los dioses, como sabemos de Osiris, tienen un caracter despótico y siguen siendo dueños absolutos de tus días, no sienten compasión y condenan a un pueblo inocente. Castigos y sacrificios es su manera de dialogar. Con el paso del tiempo han perdido adoradores y ahora exigen ofrendas más crueles.

Cuánto sufrimiento le espera a este pueblo, Belit-Seri. Su gente está dando muestra de valor, pero más cara le será la venganza de quien le mutila el lenguaje. No hay nada tan triste como ser desposeido de la palabra. ¿No es así, Belit? Tú que has sido adiestrado en la magia de las letras, tú que escribes en el vacio, en los líquenes, en los papiros de Tebas, sabes que la falta de poesía nos convierte en esclavos extáticos, siervos a los que se les niega la libertad. Desde aquí el único sonido que me llega es el de las armas. En Trípoli hay lucha entre los dos bandos. ¡Pobre ciudad castigada por sitios, incendios que quemaron su biblioteca y tantas guerras!. Tampoco la naturaleza se comportó muy bien con ella que conoció lo destructivo que puede ser un terremoto.

Sí, Belit, el futuro es hoy imprevisible. Pienso que ni los dioses conocen el lugar donde conduce tanta tragedia. El final no está sujeto a definiciones y queda abierto a una libertad herida en la que todavía palpita el deseo de seguir hacia adelante. Me siento afligida con los relatos de los que llegan huyendo, que hablan de combates y muertes, de terrenos perdidos y zonas que mantiene el ejército, y hambre. Mientras, como decía Plutarco, pensando en el tiempo en que estaremos "juntando rostro con rostro, te abrazo y lloro".

Uxa