Puertas abiertas
mariposas en vuelo
buscan noticias.

viernes, 16 de octubre de 2009

Despertar en Alepo




Se abre el cielo, los molinos harineros movidos por la fuerza de la
corriente del rio saludan a las primeras luces. La noche se repliega
vagabunda, cansada de misterio y magia. En un festín de lunas y
sonidos, se retira a dormir arrullada por el murmullo del mar.

Surgen imágenes de los arriates que embellecen la morada de Uxa. Sin
sospechar la verdad de su progenie, pues desciende de la grandeza de la
golondrina -el faraón se reviste de su forma para subir al cielo-
añora las sombras amigas de los sicómoros, los lotos de los
estanques del palacio, y, duda de la proximidad de los dioses.

Las ventanas abiertas, el día avanza rápidamente. En su rostro no
quedan ya rastros de luna. Una llovizna desnuda conserva su melodía
en las hojas de los alfóncigos y recogen el aliento perezoso del alba
y la inocencia del día que nace. En la lejanía brillan trozos de
arcoíris roto, distancia adherida como espuma a las retinas del
sueño.

Detrás de las cortinas, Uxa, intenta penetrar en el bosque de los
significados del nombre de Belit, para desentrañar sus secretos
ocultos bajo una escarcha de fantasía giróvaga.

El rumor íntimo de los pájaros palpita en las palmeras que
tiemblan al compas de las reverberaciones del Nilo. El Rio, trae el
sabor de las raíces de la región donde vive Osiris, príncipe de
la eternidad. Y un azul todavía blanco acaricia las orillas. Adormece
con una cierta melancolía los pensamientos de Uxa, que ha comido pan
de tristeza, bebido agua de aflicción desde el día que ignora el
nombre , el verdadero nombre de Belit. Es la embriaguez de lo ausente,
recuerdos de miradas de pasión cosidas con pestañas de esperanza.
Rastro de una claridad sin prisas y sin nombre, que lleva a conocer el
camino para entrar en los sueños de los que nos sueñan.

Acordes de un reloj, solidario y silencioso, llegan este día sobre
zarzas, sin pisadas, como vuelos de pájaros, que se flagelan en el
espejo cruel de la rutina.

Y comprendo, como dijo Séneca, correr delante de la pena, es perder
la vida antes de morir. Descubro que no duermo, rechazo el silencio que
golpea las sienes, y libre, veo todo acogedor candor de la mañana es
una tregua al vuelo de las gaviotas que no quieren ser libres
–piensa Belit.

Todavía no se su Nombre -droga que nutre mi cuerpo en el silencio
–confiesa Uxa. Belit extraviado en su viaje a Alepo de los
hititas, sin albalá del Faraón alguno, que le dé paso sin
peligro de perder su vida, no ha recibido noticias de Uxa. Para
continuar desafiando cada partícula de su existencia, el Escriba ha
pactado amistad con los sacerdotes del dios Amurru.

Belit-Seri, piensa que: de un paisaje que duerme en el lecho de los
años, las montañas son tan hermosas, en el país de los
amorreos, que parecen esfinges egipcias. Sus laderas abrazan los valles
al amanecer, y, las nubes acarician sus crestas, dejando un silencio
esmeralda, un recuerdo de su querida Alejandría.

La llave del reloj del tiempo se ha perdido. Cloto, va hilando el
destino de Uxa y Belit. Láquesis, enrolla el hilos de los dos, y,
dirige el carro de la vida, esperemos que Átropos no les corte la
secuencia de su existencia con sus tijeras de oro.

Atho

1 comentario:

Antonio V. Martínez Cruz dijo...

Me encantó y disfruté con tus escritos. siempre me incliné por el viejo Egipto y sus dioses y para mí es un auténtico lujo encontrar este maravilloson rincón, tu blog.
Te felicito por la narración y especialmentes por las descripciones que haces. te seguiré con frecuencia.
Felicidades.
Antonio Víctor