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martes, 10 de enero de 2012

Buscando la suerte


Los labios de la sabiduría permanecen cerrados,
excepto para el oído capaz de comprender.
Hermes Trimegisto


¡Qué esquiva es la suerte, qué desconsiderada! Cuando llega no dura mucho tiempo y pronto nos asigna el lado más ingrato del olvido. En cambio, a Belit-Seri le ha acompañado siempre la suerte porque es un iniciado en el arte de la escritura. Sabéis que siempre he sido fiel a sus palabras, que guardo sus poemas como preciosas joyas uncidas con el sortilegio de los escribas del Faraón. Sus letras tienen una aportación inédita en los tiempos que nos ha correspondido vivir. En ellas hay drama, pasiones, confidencias, consejos. Una literatura encantadora que conmueve y se hace irresistible en su conjugación.

Sin embargo, ya hace tiempo empezaron a surgir entre las líneas de sus textos sombras, espacios estériles, silencios. Un vacio literario acompaña cada uno de sus escritos, que se sienten apresurados y sin diafanidad. Acostumbrada a la ternura del Cazador de Sueños, he buscado un significado lógico en ese lenguaje inaudible que la distancia y los dioses parece imponerle. Belit hacía ofrendas a Hermes para interpretar a los dioses, pero es difícil entender a los poderosos de la lengua, que requieren el sacrificio de la voz. No olvido que uno de los principios del hermetismo es que toda causa tiene su efecto; escribir conlleva entrega y sacrificio.


Echo de menos los papiros del escriba, las noticias que desde las orillas de nuestro río sagrado enviaba el guerrero del faraón. Sus letras abrían horizontes con un lenguaje valiente, atrevido con todas las conjugaciones verbales. Ahora ha vuelto el silencio, impuesto quizás por nuevos dioses que exigen la mudez absoluta y castigan toda emotividad. Belit escribió en cierto momento, cuando existía la paz en las Tierras Altas y en las Tierras Bajas de nuestro querido Egipto, que sus sueños también conocían horas de soledad y sombras. ¿Habrá abandonado la suerte al escriba, cazador de sueños, o todo lo que ha escrito no es más que la culminación azorosa de una leyenda?

Uxa

1 comentario:

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Saber escribir, saber leer, es un don que se encuentra reducido a muy pocas personas. Posiblemente Belit-Seri, querida Uxa, sea un privilegiado por saber ambas artes.
La dificultad comprensiva de la escritura favorece siempre a los poderosos. Por ello, probablemente, Belit-Seri no escribe últimamente. ¿Le dejarán escribir? Y si le dejaran, ¿escribiría lo que quisiera o lo que le ordenasen?
Seguro, querida princesa, que este es el motivo de su silencio. Han quedado silenciadas voces potentes que habían elevado unas plegarias justas. Quienes las pronunciaban han sido silenciados y, otra vez, como casi siempre, los nuevos poderosos están cometiendo los mismos desafueros que los derrocados.
Silencio. Sólo silencio se escucha en el horizonte. Ni el viento silba en este invierno de inquietud y temor.

Un fuerte abrazo, Pilar.