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viernes, 24 de septiembre de 2010

No todos los otoños son derrotas





A Belit-Seri

Me seducen tus palabras, antídoto de sombras y pesadumbres en nuestro caminar por nombres y geografías. Las atesoro. Despiertan mi imaginación desafiando al silencio que mantienes de tu nombre. No temas, no seguiré buscando la leyenda; sé que no me ha sido dado conocer su secreto. Ahora entregada al ritual inapelable de los días ocres, espero la llegada de las lluvias antes que el otoño abra de par en par sus puertas. Esta tierra fertil - aún tibia - retiene el vigor del verano y acoge a los hombres que salen a la siega. ¡Cuántas espigas cortadas! ¡Qué de trabajo para niños y madres! ¡Qué de bronce en el verde! !Qué contraste con los desiertos que detienen las fronteras! Hasta el loto sigue creciendo a la sombra de los sicómoros.

Todo ésto me habla de ti, de un hombre que encadenaba sueños a la vida. Ráfagas de un tiempo que ya fue: ecos, huellas, contornos, palabras, besos, el blanco que te pertenece tánto como a mí, y el otoño que me trae tu silueta alargada. Ahora creo conocer la Verdad aunque quizás los recuerdos la deformen, pero sigue vivo el deseo de alcanzar esa luz que me lleve hasta esa Caravana que partió ya no se sabe cuándo. La maleta está hecha ya. Sólo tienes que decirme: ¡ven!, y haré de este otoño nuestra morada.

UXA





4 comentarios:

Diana de Méridor dijo...

Claro que no son derrotas, madame. Los hermosos otoños son placidos reposos tras la victoria lograda, cuando por fin terminan las batallas y uno puede sentarse a disfrutar de la gloria.

Feliz fin de semana

Bisous

Nómada planetario dijo...

Un texto cargado de delicadez. Nunca es tarde para incorporarse a la caravana deseada.
Saludos.

Ricardo Miñana dijo...

Bienvenido sea el otoño, una de las estaciones mas inspiradas,
un placer pasar a leerte.

Que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.

Marina Filgueira dijo...

Hola Pilar:
Hermosa entrada dedicada al otoño. Abre de par en par sus puertas... Como bien dices, pero a mí, no me sienta muy bien que digamos. Sé, que los bosques y la arboleda... tienen hermosos colores dignos de ver y admirar. Pero está fuera de mi alcance esa placidez. Me pongo melancólica y hasta me falta inspiración. Te felicito de todo corazón. Un beso y perdona, pero encontré la puerta abierta y entré sin permiso. Se feliz.